Alejandro siempre sintió que era menos que los demás y que nada de lo que decía o hacía valía nada debido a su peso. Para este profesor era traumático mirarse en un espejo y hacía todo lo posible por evitarlos porque al verse en uno se deprimía y se sentía impotente porque no se veía tan bien como sus compañeros y amigos. Después de años de sufrimiento pudo retomar las riendas de su vida y dijo ¡Sí se puede! Con fuerte fuerza de voluntad, nutrición balanceada y mucha disciplina, pudo perder más de 40 libras en solo 16 semanas y está en camino al cuerpo de sus sueños.

Una de sus mayores frustraciones era no tener control sobre su propio cuerpo. Quería saltar, correr, subir escaleras, hacer deporte y disfrutar como el resto de sus compañeros pero su peso y su salud le impedían hacer todas estas cosas. Este joven venezolano tomó la decisión de escudarse de la situación, asumió el rol del “gordo chistoso” y así anestesiaba su realidad. La verdad era que detrás de esa máscara vivía un joven asustado con muy baja autoestima y muy poco amor por sí mismo. El recuerdo más trágico que tiene de este período es cuando uno de sus amigos más cercanos le dijo: “ lidia con eso, siempre serás el gordo del grupo y así morirás”. Este fue el momento en que decidió cambiar su estilo de vida y comenzó a buscar ayuda para hacerlo, afortunadamente encontró a la persona que considera su "gurú"; Alejandro Chaban.

De un día para otro Alejandro Querales decidió que quería ser una persona completamente nueva. Siguiendo los consejos de su mentor, pudo cambiar la forma en que comía, encontró la fuerza de voluntad para comenzar a hacer ejercicio y la fuerza para amarse a sí mismo. Con cada libra que perdía nuestro amigo veía como se abría todo un mundo de oportunidades para él y fue capaz de hacer acopio de fuerzas para conseguir su objetivo final. Hoy el ejercicio y una buena alimentación balanceadan lo han llevado no solo a perder 40 libras de peso físico y emocional sino que lo han convertido en una fuente de inspiración para muchas personas, que al igual que él, quieren enfréntate al ¡Sí se puede! Reto. ¡Bien hecho, Alejandro!